A veces es muy difícil ser discreto.
Nos apetece gritar algo, reirnos en la cara de alguien, hacer algún gesto obvio, brusco, ondear un logro o un odio.
Nos apetece informar a todo el mundo de algo, de manera patente. Normalmente, es una cuestión de soberbia.
Pero hay que saber ser elegante.
Y a veces hay que callarse la boca.
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También está la alternativa del cinismo y el sarcasmo, el arte de decir las cosas sin decirlas.
ResponderEliminar¿Es bueno pasar desapercibido?
ResponderEliminarYo creo que depende.
Lo que si que es verdad, es que uno se tiene que morder la lengua, callarse lo que piensa.
Ya se sabe, un sabio siempre piensa todo lo que dice pero no dice todo lo que piensa.
;)
Callar la boca aun cuando se abre sola... evitaría algún disgusto.. aunque, la discreción es obvia nos hace sonreír a veces... :)
ResponderEliminarMe encanta como sueltas las cosas, este es un blog como quien dice único porqe las sueltas sin más, tranquilo no pretendo alabarte ni nada de eso, pero aparecí por este blog y me parecío interesante sin más...eres una de esas personas que son interesantes de conocer la pena es que se que nos llevaríamos mal, pero ante todo quería ser sincera :) un besazo y sigue así ^^
ResponderEliminarempezando por mi... que a veces no me callo ni debajo del agua ^.^
ResponderEliminarTan difícil y fácil es ser discreto como decir lo que te sale del nabo. Y las consecuencias son bastante parecidas. Pero, por dios, la elegancia no tiene nada que ver con esto
ResponderEliminarTe puedo asegurar que las consecuencias serían importantes, y que la elegancia lo tiene que ver todo.
ResponderEliminarElegante sería callar.
Lo contrario sería preguntarte por qué coño te crees capaz de juzgar a alguien de quien no sólo no sabes nada, sino que nisiquieras haces un ejercicio de empatía para imaginar qué clase de circunstancia ha creado tal reflexión. No, si no encaja con tu canon personal no merece tu esfuerzo, y es más fácil soltar un par de críticas gilipollas que pensar un poco, ¿Verdad?
Como ves, en este caso he elegido la opción B. ¿La consecuencia? Ahora te sientes ofendido (aunque me vengas con la gallería de "no ofende quien quiere sino quien puede", a quién pretendes engañar). Y si me importaras un poco, yo estaría jodido por haberte ofendido. Suerte que me la sudas.
Dicho esto. Who the hell are you?
Me gustan tus comentarios. Tienes sangre.
Lo echaba de menos.
(Y estabas en lo cierto. Ce n'est pas le pareil.)
Pues si, lo elegate es callar, pero hay veces que lo mejor es decir: pero quien coño te crees para hacer eso? o, ¿de que cojones vas ?
ResponderEliminarNo obstante, yo debo ser el colmo de la elegancia, pues es demasiado dificil hacerme perder los estribos en ese aspecto...
Gracias por tus alabras en mi blog...se hace lo que se puede...que este muerto por dentro no significa que deba tirar la toalla y hacer de mi vida un infierno... y que mejor que otra cudad, otra carrera y tus amigos para ir pasito a pasito y emprender el vuelo???
Un abrazo
Gonzalo
Claro que me ofendes.
ResponderEliminarPero tú que crees que soy adivino, que tengo que saber por qué escribes lo que escribes. O lo cascas o no. Y si no lo cascas pues yo puedo imaginarme las circustancias que quiera o ninguna. Yo juzgo lo que aquí leo, nada más. Tu te montas un blog en abierto para que lo lea quien quiera y encima dejas que comentemos. Coño, acepta las consecuencias. Y si tanto te jode mi juicio ignorante, cuenta.
Últimamente resuena demasiado en mi cabeza eso de ser elegante. Recuerdo un texto que escribí hace algún tiempo despidiendo a un "amigo". Recuerdo que maticé que yo hacía las cosas de forma elegante... Y últimamente, no sé si es por mi profesora de canto, esa palabra me ronda mucho en la cabeza.
ResponderEliminarCompostura, elegancia, porte.