Imagina que te digo que quiero volver a verte pronto, y diez minutos más tarde te insinúo que no quiero volver a verte. ¿Incoherencia? Sólo para tu mente, pobremente racional. ¿Capricho? ¡No te atrevas a mencionarlo! ¿Inestabilidad? No te lo niego, pero no saques el tema.
Entonces, intenta amar a una mujer.