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Some people have an angel on one shoulder and a devil on the other. Me, I've got a hat and a vest, Acid and Sour, Jazz and Tango.

Mal trago

Y entonces te das cuenta de que no importa quién te ame, qué cerca estás de tu familia o cuántos amigos tengas. En los malos momentos, en los malos de verdad, estás realmente solo. Porque no quieres compartirlo, no puedes compartirlo sin sentirte peor, o hacerlos sentirse peor, lo cual empeora las cosas.

Sí, están ahí. Pero esas sonrisas no te sirven de nada.

En los peores momentos, cuando quieres sacarte la vida con un cuchillo y que se vaya por el lavabo, estás solo. Salvo, quizás, una excepción.

Pero hoy, no seré yo esa excepción.

Y estoy jodidamente solo.



¿Y sabéis qué?
Que así debe ser.


Y no quiero bla bla blas.

Transliteración

P: Es muy estrecha, pero como se descuide...

F: No, A no va a caer. A no ser que te cases.

P: Lo sé, A es de otra forma. No es tan guarra como otras.

F: Tonta. En el mundo hay: Guarras y tontas.

P: Eso mismo dice E.


Tic, tac

Sabéis... Hay mujeres que no saben lo que quieren. O no se dan cuenta. O, peor aún. Hacen como que no lo saben, como que no quieren quererlo.


Nosotros somos más simples. Cuando queremos a alguien, lo queremos. Y punto. Y habrá sus más y sus menos, pero debajo de eso, lo queremos. Se vista de verde, o de azul. Es sencillo. Y siempre tenemos una palabra adecuada para ella. Un reposo, el descanso del guerrero. Hay a quien se le llena el amor propio de agujeros y la boca de lo sientos, pero eso es otro tema. La cuestión es que esa regla utópica de "Pase lo que pase, nunca iremos a la cama enfadados" seguro que la inventó un hombre.

Porque este tipo de mujer del que hablo, nunca está segura. O, mejor dicho. Nunca puedes estar seguro. Quizás todo vaya bien, pero en un momento dado, pum, la cagaste, amigo. De pronto esa diosa del cariño y del amor, esa presencia constante que te arrulla el día, se convierte en la Reina de Hielo. No se da cuenta de lo que realmente necesitmos (y luego decís de nosotros) y en lugar de hacer pelillos a la mar, se encierran en su orgullo herido por algún motivo más o menos válido. Pareciera que les encanta ir a la cama enfadadas. No, no es eso. En realidad es que a todas os gusta complicaros la vida. Supongo que si fuera tan fácil como decir "Bueno, dejemos eso atrás, ahora vamos a pasarlo bien un rato" os aburriríais demasiado pronto.

Entonces esa mujer, a la que parece importarle que quieras estar con ella y estar cerca, cambia de polaridad y parece esforzarse en hacer justo lo que en ese momento te empujaría a dejar de quererla. Y a veces es realmente difícil, el corazón es así y estamos jodidos, pero ellas se esfuerzan en arrancar el follaje y volver estéril toda esa superficie. No sé si me explico.

Más tarde, cuando dejamos de quererlas, se sorprenden. Se duelen. De pronto, saben lo que quieren, y no es ni más ni menos que lo que acaban de perder.