Transliteración:
-Pero es que tú me gustabas desde hace tiempo, Tiznado. Ahora... Ya no lo sé.
-¿Y por qué no me lo dijiste en su momento?
-Te lo hice saber... Te mandaba señales...
-¿Señales como qué?
-Pues, cuando te saludaba... Te abrazaba.
-Sí. Y también abrazabas a Largo, a Chico Diez, a Quejas...
-Pero el tuyo era especial.
-¿Y cómo quieres que yo lo sepa, Chiquita?
-Ay... No sé...
(Nota: Los nombres propios han sido alterados para conservar el anonimato de los implicados. Era obvio, ¿No?)
Calienta pero no quema.
Había hace no mucho unas vitrocerámicas cuyo lema publicitario era: "Calienta pero no quema".
Chicos, alejáos de ese tipo de mujeres.
Chicos, alejáos de ese tipo de mujeres.
Horchata en las venas
Me pone enfermo la gente sin sangre. Esa gente que pasa de todo. Que nada les parece bien. Que nada les parece mal. Que toman una decisión cada doce domingos, y por llenar el cupo.
Esa gente que cree que lo tiene todo hecho por cambiar de ciudad o de horario de trabajo para verla más tiempo. "Eh, mira lo que he hecho por tí. Ahora tengo derecho a seguir siendo un idiota sin iniciativa, por lo menos hasta Octubre."
Es esa gente que no sabe si pedir el té rojo o verde, y lo piensa en voz alta mientras la camarera espera con la libreta en la mano.
Los que se mienten a sí mismos, no "ahora no, cuando llegue el momento", cegándose a que el momento es, ni más ni menos, cuando tú decides que sea. Pero eso es lo que les falta. Decisión.
Me irritan los que niegan la evidencia con un pasotismo capaz de enervar a un Xiaolin. Los que no reconocen su culpa, no por orgullo (y esto es importante), sino por no ser capaces de afrontarlo y subsanarlo. Por pura falta de determinación.
Y sus vidas bambolean como una vela muerta en un vendaval. Se arrastran. Celebran lo que les viene, se amargan por lo que no consiguen, y lloran por lo que se les va, sin pensar siquiera en tomar las riendas con fuerza e ir a por lo que desean. Sin hacer ningún esfuerzo más allá de alargar un poco la mano para ver si llegan, y concluir que es demasiado difícil.
Nah. Es más fácil dejarse llevar, sin pensar, sin decidir.
Curiosamente, son los mismos que se aferran como idiotas a lo que deberían dejar marchar. Tampoco tienen la fuerza suficiente para abrir los ojos y darse cuenta de ello.
Debilidad. Disfrazada de lo que sea, de romanticismo, de simpatía, de liderazgo, incluso de virilidad. Pero debilidad, en el fondo, en grado sumo.
Me pone enfermo.
Esa gente que cree que lo tiene todo hecho por cambiar de ciudad o de horario de trabajo para verla más tiempo. "Eh, mira lo que he hecho por tí. Ahora tengo derecho a seguir siendo un idiota sin iniciativa, por lo menos hasta Octubre."
Es esa gente que no sabe si pedir el té rojo o verde, y lo piensa en voz alta mientras la camarera espera con la libreta en la mano.
Los que se mienten a sí mismos, no "ahora no, cuando llegue el momento", cegándose a que el momento es, ni más ni menos, cuando tú decides que sea. Pero eso es lo que les falta. Decisión.
Me irritan los que niegan la evidencia con un pasotismo capaz de enervar a un Xiaolin. Los que no reconocen su culpa, no por orgullo (y esto es importante), sino por no ser capaces de afrontarlo y subsanarlo. Por pura falta de determinación.
Y sus vidas bambolean como una vela muerta en un vendaval. Se arrastran. Celebran lo que les viene, se amargan por lo que no consiguen, y lloran por lo que se les va, sin pensar siquiera en tomar las riendas con fuerza e ir a por lo que desean. Sin hacer ningún esfuerzo más allá de alargar un poco la mano para ver si llegan, y concluir que es demasiado difícil.
Nah. Es más fácil dejarse llevar, sin pensar, sin decidir.
Curiosamente, son los mismos que se aferran como idiotas a lo que deberían dejar marchar. Tampoco tienen la fuerza suficiente para abrir los ojos y darse cuenta de ello.
Debilidad. Disfrazada de lo que sea, de romanticismo, de simpatía, de liderazgo, incluso de virilidad. Pero debilidad, en el fondo, en grado sumo.
Me pone enfermo.
Dulce irracionalidad (I)
Búscalas.
Se irán corriendo. Huirán. Desaparecerán.
Ignóralas.
No las necesites. No las adules. No les rías los malos chistes ni les pagues las copas.
No te dejarán en paz.
Lo curioso es que a nosotros (a los que no somos idiotas, me refiero) nos pasa lo mismo. Y nisiquiera lo entendemos.
Se irán corriendo. Huirán. Desaparecerán.
Ignóralas.
No las necesites. No las adules. No les rías los malos chistes ni les pagues las copas.
No te dejarán en paz.
Lo curioso es que a nosotros (a los que no somos idiotas, me refiero) nos pasa lo mismo. Y nisiquiera lo entendemos.
...Y sabe como una manzana.
Si parece una manzana, huele como una manzana, y sabe como una manzana...
...Es una manzana.
Esto que parece tan obvio no resulta tan sencillo para mucha gente. Por eso me hace gracia esa escena tan típica, que aparece en las malas películas y en la vida diaria (porque nuestra vida diaria es una película mala, muy mala) en la que ella, que le conoce a la perfección, le mira a los ojos y le dice: "Tú no eres así".
Oh, vaya, gracias por avisarme. Y yo tan convencido.
Resulta que el chico parece un cabrón, habla como un cabrón y se comporta como un cabrón. Pero claro, ella, que lo conoce muy bien, sabe que en el fondo no es un cabrón. Y tiene la cara de decírselo. "Tú no eres así". O, en otras palabras: "Yo te conozco mejor que tú mismo, pobre infeliz".
Tengo malas noticias. Ese muchacho es un cabrón, y la manzana es una manzana. Y puedes decirme que la manzana en el fondo es un chuletón de buey, pero se da la circunstancia de que ese chuletón de buey parece, huele y sabe como una manzana. ¿Te has planteado que sea una manzana?
Dejad de engañaros. Y dejad de creer que sois lo suficientemente superiores al resto como para juzgar cómo son realmente. Dejad de buscar "en el fondo", porque el fondo no existe. Para el mundo, somos lo que hacemos, lo que decimos. No lo que pensamos (hasta el momento en que lo decimos, claro). Si haces esquí eres un esquiador, aunque tu pasión frustrada sea la música.
Pragmáticamente hablando: Eres lo que haces. No lo que en el fondo te gustaría hacer.
...Es una manzana.
Esto que parece tan obvio no resulta tan sencillo para mucha gente. Por eso me hace gracia esa escena tan típica, que aparece en las malas películas y en la vida diaria (porque nuestra vida diaria es una película mala, muy mala) en la que ella, que le conoce a la perfección, le mira a los ojos y le dice: "Tú no eres así".
Oh, vaya, gracias por avisarme. Y yo tan convencido.
Resulta que el chico parece un cabrón, habla como un cabrón y se comporta como un cabrón. Pero claro, ella, que lo conoce muy bien, sabe que en el fondo no es un cabrón. Y tiene la cara de decírselo. "Tú no eres así". O, en otras palabras: "Yo te conozco mejor que tú mismo, pobre infeliz".
Tengo malas noticias. Ese muchacho es un cabrón, y la manzana es una manzana. Y puedes decirme que la manzana en el fondo es un chuletón de buey, pero se da la circunstancia de que ese chuletón de buey parece, huele y sabe como una manzana. ¿Te has planteado que sea una manzana?
Dejad de engañaros. Y dejad de creer que sois lo suficientemente superiores al resto como para juzgar cómo son realmente. Dejad de buscar "en el fondo", porque el fondo no existe. Para el mundo, somos lo que hacemos, lo que decimos. No lo que pensamos (hasta el momento en que lo decimos, claro). Si haces esquí eres un esquiador, aunque tu pasión frustrada sea la música.
Pragmáticamente hablando: Eres lo que haces. No lo que en el fondo te gustaría hacer.
Bla, bla, bla...
Dicen que para controlar una borrachera viene bien una ducha fría.
¿Y qué ocurre si lo haces?
Que acabas borracho y tiritando.
Y sin embargo la ducha fría sigue estando en la boca de cada listillo de madrugada. Como el café con sal. Es una especie de brujería contemporánea. El café con sal es una mierda y tú vas a seguir con resaca. Con náuseas y con resaca. ¿Qué tal una ducha fría? Así también estarás congelado.
La gente habla sin parar. En cualquier lugar, por cualquier motivo. Y, lo que es peor: Sin motivos. Dicen las cosas como si las supieran, interrumpen cualquier silencio para hacer ruido con su boca salivosa y lo peor es que no aportan nada. Chismorreo incesante. Hubo un tiempo en que un hombre chismorreando estaba mal visto. Sólo hablaba cuando tenía algo que decir. Y cuando era necesario, callaba.
Parece que la gente ha olvidado callar. Se sienten incómodos si no participan activamente en el sonido ambiente. No soportan el silencio, y lo rellenan con idioteces, una detrás de otra.
Bien, no pido que nos convirtamos todos en ascetas asociales (aunque se solucionarían muchos problemas), no en dispositivos verbales que economicen el número de fonemas emitidos para dar la información justa y necesaria. Al fin y al cabo, somos humanos (algunos lo parecen, al menos).
Pero hay que saber hablar a la gente de algo que le importe.
¿Tiene cara ese pobre chico de estar preocupado por la enfermedad de tu gato? Déjale en paz.
El lenguaje es un privilegio. Una herramienta. Un derecho.
Pero no una obligación.
¿Y qué ocurre si lo haces?
Que acabas borracho y tiritando.
Y sin embargo la ducha fría sigue estando en la boca de cada listillo de madrugada. Como el café con sal. Es una especie de brujería contemporánea. El café con sal es una mierda y tú vas a seguir con resaca. Con náuseas y con resaca. ¿Qué tal una ducha fría? Así también estarás congelado.
La gente habla sin parar. En cualquier lugar, por cualquier motivo. Y, lo que es peor: Sin motivos. Dicen las cosas como si las supieran, interrumpen cualquier silencio para hacer ruido con su boca salivosa y lo peor es que no aportan nada. Chismorreo incesante. Hubo un tiempo en que un hombre chismorreando estaba mal visto. Sólo hablaba cuando tenía algo que decir. Y cuando era necesario, callaba.
Parece que la gente ha olvidado callar. Se sienten incómodos si no participan activamente en el sonido ambiente. No soportan el silencio, y lo rellenan con idioteces, una detrás de otra.
Bien, no pido que nos convirtamos todos en ascetas asociales (aunque se solucionarían muchos problemas), no en dispositivos verbales que economicen el número de fonemas emitidos para dar la información justa y necesaria. Al fin y al cabo, somos humanos (algunos lo parecen, al menos).
Pero hay que saber hablar a la gente de algo que le importe.
¿Tiene cara ese pobre chico de estar preocupado por la enfermedad de tu gato? Déjale en paz.
El lenguaje es un privilegio. Una herramienta. Un derecho.
Pero no una obligación.
Carácter.
Me gustan las chicas con carácter.
Alguien capaz de decirme que no. De llamarme capullo a la cara. De enfrentarse a mí.
Me hastían las niñas temerosas, las jovencitas sumisas, las que nunca discuten. Hacen caso, todo les parece bien. Si algo les parece mal se lo callan. Si no aguantan más, lo comentan tímidamente. Y en cuanto insisto, desisten. "Sí, claro", "Es verdad", "Bueno, vale...", "Tienes razón".
Defiende lo que quieres. Llévame la contraria. Dame caña. Dame la oportunidad de discutir. No dejes que mis exigencias te resequen por dentro. Un poco más de sangre. Dignidad, por favor.
Ojo. No me seas machorra. No te hagas la dura. No seas insoportable. No se trata de fingir carácter, se trata de tenerlo. Entiéndelo de una vez.
Sin él, difícilmente vas a aguantarme. Vas a consumirte. Vas a deshacerte. De hecho, el carácter es un requisito imprescindible para soportarme.
Es más.
Sin carácter, no creo que te aguante.
Alguien capaz de decirme que no. De llamarme capullo a la cara. De enfrentarse a mí.
Me hastían las niñas temerosas, las jovencitas sumisas, las que nunca discuten. Hacen caso, todo les parece bien. Si algo les parece mal se lo callan. Si no aguantan más, lo comentan tímidamente. Y en cuanto insisto, desisten. "Sí, claro", "Es verdad", "Bueno, vale...", "Tienes razón".
Defiende lo que quieres. Llévame la contraria. Dame caña. Dame la oportunidad de discutir. No dejes que mis exigencias te resequen por dentro. Un poco más de sangre. Dignidad, por favor.
Ojo. No me seas machorra. No te hagas la dura. No seas insoportable. No se trata de fingir carácter, se trata de tenerlo. Entiéndelo de una vez.
Sin él, difícilmente vas a aguantarme. Vas a consumirte. Vas a deshacerte. De hecho, el carácter es un requisito imprescindible para soportarme.
Es más.
Sin carácter, no creo que te aguante.
Chica indecisa
Escucha, niña. Vamos a dejar esto claro.
Bésame o no lo hagas.
Pero déjate de tonterías, ¿quieres?
Bésame o no lo hagas.
Pero déjate de tonterías, ¿quieres?
Chicos buenos.
Todo lleno de aguantacubatas.
Vergüenza. Que es otra manera de decir miedo. Un montón de muchachotes con una copa en la mano, de pie en la pista, moviendo ligeramente la cabeza. No, claro que no bailan. Tienen demasiado miedo al rechazo. A hacerlo mal. Eso de divertirse es secundario. "Preferimos pasar la noche en esta esquina, gracias".
Por eso no me gustan las pistas de baile ruidosas y masificadas, donde no puedes elegir con quién estás. Huele demasiado a rata.
Ese mismo miedo a no ser perfecto es lo que los convierte en chicos buenos. Cándidos y amorosos, el consorte perfecto. No discuten con ella, le invitan a una copa, le ríen las gracias. Ganando puntos. Como si diez puntos de chico bueno fueran canjeables por un beso, setenta por un polvo y cien por un noviazgo.
No está mal ser un chico bueno con esa chica especial. Pero, un poco de dignidad. Y no seas aburrido, ¿quieres? Para eso se compra un perro.
Un chico bueno sería un excelente marido. Pero, amigo, mira bien a esa chica. ¿Crees que busca matrimonio?
Vergüenza. Que es otra manera de decir miedo. Un montón de muchachotes con una copa en la mano, de pie en la pista, moviendo ligeramente la cabeza. No, claro que no bailan. Tienen demasiado miedo al rechazo. A hacerlo mal. Eso de divertirse es secundario. "Preferimos pasar la noche en esta esquina, gracias".
Por eso no me gustan las pistas de baile ruidosas y masificadas, donde no puedes elegir con quién estás. Huele demasiado a rata.
Ese mismo miedo a no ser perfecto es lo que los convierte en chicos buenos. Cándidos y amorosos, el consorte perfecto. No discuten con ella, le invitan a una copa, le ríen las gracias. Ganando puntos. Como si diez puntos de chico bueno fueran canjeables por un beso, setenta por un polvo y cien por un noviazgo.
No está mal ser un chico bueno con esa chica especial. Pero, un poco de dignidad. Y no seas aburrido, ¿quieres? Para eso se compra un perro.
Un chico bueno sería un excelente marido. Pero, amigo, mira bien a esa chica. ¿Crees que busca matrimonio?
La lotería genética
Por lo visto, esperabas que te adorara porque eras guapa. Que te invitara a una copa, que sonriera como un imbécil, que babeara un poco. Como todos, supongo.
Ser guapa no tiene mérito, bonita.
Aclaremos las cosas: Me gusta una mujer guapa como al que más. Pero eso no significa que vaya a perder mi tiempo en alimentar un poco más tu cebado ego, sólo porque la genética decidió que tú ibas a follar más que esa amiga tuya que bizquea un poco. Lo único que me gusta de las princesitas es despeinarlas.
Supongo que está bien eso de dejarse agasajar por la cara (precisamente), para después despreciar a todas esas babosas e irte a romper un somier con el neardental del Seat Córdoba (que no entiende por qué te deprimes cada mes, pero por lo menos no babea y su gruñido es muy sexy). Pero tiene sus inconvenientes.
Para cuando te diste cuenta de que no era un capullo, era demasiado tarde. Ya me habías decepcionado. Y no, no me apetecía tomar nada más.
Que asalte otro el castillo, princesita. Me voy con la molinera.
Ser guapa no tiene mérito, bonita.
Aclaremos las cosas: Me gusta una mujer guapa como al que más. Pero eso no significa que vaya a perder mi tiempo en alimentar un poco más tu cebado ego, sólo porque la genética decidió que tú ibas a follar más que esa amiga tuya que bizquea un poco. Lo único que me gusta de las princesitas es despeinarlas.
Supongo que está bien eso de dejarse agasajar por la cara (precisamente), para después despreciar a todas esas babosas e irte a romper un somier con el neardental del Seat Córdoba (que no entiende por qué te deprimes cada mes, pero por lo menos no babea y su gruñido es muy sexy). Pero tiene sus inconvenientes.
Para cuando te diste cuenta de que no era un capullo, era demasiado tarde. Ya me habías decepcionado. Y no, no me apetecía tomar nada más.
Que asalte otro el castillo, princesita. Me voy con la molinera.
Fundamental
Declaración de Intenciones
No se me da bien escribir grandes textos. Este no es un blog de poeta, no es un blog emotivo-emocionaloide (aunque alguna vez caerá, todos somos iguales en el fondo). No voy a escribir sobre lo mal que me ha ido el día o sobre la sensación que me produce ver caer las hojas del otoño, nisiquiera de lo mucho que quiero o dejo de querer a quien sea. Para eso, abrid un blog al azar. Hay millones, y todos son lo mismo.
Tampoco pienso buscar un lenguaje elaborado y musical, que suene bien, que parezca que sé escribir. No necesito demostrar nada.
No voy a hacer reseñas. Ni comentarios de cine. Nada de relatos, de poemas. Nada de cosas artificiosas.
Nada de contar mi vida. Sé que no os importa.
"¿Y entonces qué clase de blog vas a hacer, F.A.? ¿Qué vas a contar?"
Mentiras.
Un monton de sencillas o complejas, con o sin sentido, sucias y viles mentiras.
Empezando por esta declaración de intenciones.
Porque acabaré contando lo mal que me ha ido el día.
En ese caso, todo lo que he escrito arriba no sirve de nada. Menuda estupidez.
Todos conocemos el tipo de cosas que se cuentan a las tantas de la madrugada, en un garito con música soportable y un Martini con hielo en la mano. Esa conversación pseudometafísica psicoemocional sociológica cargada de exageraciones, errores, patrañas y malos consejos. Y diablos, nos gusta. Todos hemos tenido conversaciones así (Y si no las has tenido, aparta de la pantalla y vete a vivir un poco, friki).
Pues eso será este blog.
Más o menos, digo yo.
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